The Alarm Clock (El Despertador)
Acaricio tus labios con mis dedos, dibujándolos sin prisa, con el reloj de arena quieto, parado, pausado. Sin que el flujo continuo de las olas marquen el compás. Dibujo tu boca con calma, muriéndome por dentro, notando tu aroma a frutas y albaricoque, a lavanda y vainilla. Cierro los ojos y sigo la línea de tus labios. Continúo por sus curvas, por sus pendientes, por su vida. Cierro los ojos y continúo acariciándola, siguiendo el rastro de tus labios marcados a fuego en mi piel, en mi memoria, en mi pecho.
Nos acercamos. Nos seguimos acercando hasta que nuestras narices se rozan, nuestra mirada se nubla. Comienza la batalla.
Luchan las bocas tibias, a suaves dentelladas, con aroma añejo. Con un dolor dulce, el absorber nuestro aliento, el sabor a la fruta madura y de nuevo lo mismo. Tiemblas. Agachas la cabeza. El mundo se te cae encima. Oscuridad. De pronto abres los ojos. Nos miramos. Vive el silencio con el latir de nuestros corazones. Late. Se para. Late. Se para ¿No lo oyes? Es lo único que no puedo controlar en esta vida, y tú tienes todo el poder para domarlo. Por eso mismo ya no lo quiero.
Se escucha el movimiento de un vestido azul. El sonido de una copa de vino. Después, solo silencio. Una puerta blanca en una pared negra. Un despertador, que te despierta del eterno sueño.
"Salta de un rascacielos, disfruta de la verdadera emoción de ser libre, y preocúpate solamente cuando llegues al suelo. Ahí es cuando verás si hay alguien para evitar que te esnafres contra los adoquines y el asfalto" - M.Mahía