Supernova. Una historia de Metáforas y Estrellas.
Era la imagen de un fantasma encerrado en un cristal. Era los rayos de luna aislados del mundo en una sonrisa, y la luz de unos ojos que enjaulaban la libertad de las aves. Era cristal y espejo rajado. Era el frío rocío de la mañana que reinaba sobre los campos y la vida. Lo era. De verdad que lo era.
Era el mar enfadado y el viento hecho jirones. Era el río que baja enfadado de la montaña y que arrasa todo a su paso. Era el agua que le dio forma a su cuerpo y a su vida. Era el cincel del escultor y la imaginación del escritor. Era un sistema de ecuaciones diferenciales sin solución. Era la inercia con la que las cosas se caen al suelo. Era la velocidad con la que chasca un trueno y cae el rayo.
Era un recuerdo imborrable y una caja de música que no sonaba. Era la bailarina que estaba girando sobre la punta de sus dedos durante horas para evadirse del mundo. Era el pensamiento y el recuerdo. Lo era…
Lo era todo. Y hoy por hoy, lo sigue siendo. Hasta el final. A pesar de todo lo que pueda venir y venga, siempre será la estrella más grande del firmamento.
Cuando una estrella se apaga, su brillo, abarca milenios.