La Filosofía del Toxo
Son las tres de la mañana, y desde hace algún tiempo, me gusta escribir a esta hora. No sé por qué, tampoco nunca me he parado a pensarlo, pero supongo que es cuando estoy relajado y a punto de dormirme.
Hoy me fui con una gran persona a la cual le tengo mucho cariño y aprecio a coger flores de Toxo, (que para aquellas personas que siguen el blog y no son gallegas o no lo saben, es esto: Wikipedia) las flores son para hacer licor, que como se sabe, los gallegos tenemos una gran fama de "alquimistas", y durante este día de hoy, he tenido una profunda reflexión...
Mientras bajaba por el monte y me clavaba en las piernas y en las manos las espinas, con el mar de la ría de Ares rompiendo contra los acantilados y el sonido de la tranquilidad destrozándome los tímpanos, observé que esta peculiar tarea es como todos los ríos que van dar al mar.
Hacer el Licor de Toxo es como el camino de la vida. Solo aquellos que aguanten el dolor de recolectar la flor clavándose sus espinas, aquellos que vayan cogiendo con mimo y cuidado cada flor, que después de trabajar duro tengan la paciencia necesaria para que la caña absorba el polen y el sabor, solo aquellos que trabajen, luchen y se sacrifiquen, podrán gozar de un buen lingotazo de victoria y reírse de las heridas.
Flor a flor, paso a paso, sin dejar de pelear por lo que uno quiere, a pesar de clavarse innumerables espinas. Creo que es una interesante filosofía para tomarse la vida. Con una buena botella de Licor de Toxo.