El Ángel Caído
Te arde la sangre y se
calienta el cuerpo, el vello de la nuca se eriza y la electricidad recorre
todos los rincones de tu ser. Rozas con los labios la lengua, mientras notas
que la lujuria brota en el interior insaciable, incansable, caliente. Caminas
notando el sonido vibrante bajo tus pies. Lo notas, te acerca, y entonces saboreas
la miel.
Te abalanzas sobre su
cuello cual vampiro insaciable de sangre, rozas con la lengua la piel suave, su
aroma y su envidiable carne. Notas su sabor dulce, húmedo y ardiente. Se aviva
el fuego de los infiernos y los hornos abren sus puertas de hierro negro.
Escuchas sus gritos
retumbando en las paredes, y te das cuenta de que tu nombre resuena en cada
ladrillo. Pero nada ha comenzado. Aún no. Todo está bien. Toma el dolor y el placer, yo soy el amo de ambos. Cierra
tus ojos, di no a tu mente, déjame entrar en tu alma, porque un ángel ha caído,
un ángel que está a punto de hacer que tiembles.