Tierraquemada
Se
cierne la oscuridad sobre un mundo ya pintado de gris y donde la tierra es
ceniza, donde los árboles se secaron hace años y la última gota de agua se
había evaporado nada más tocar suelo. La tierra ya no lloraba porque no le
quedaban más lágrimas que derramar, y la Vida huía escondiéndose debajo de las
piedras para evitar ser encontrada y aniquilada.
Sonaba
la cantata acompañando al diablo que cabalgaba a lomos del fuego que asolaba
todas y cada una de las costas de aquel reino. Los Dioses de los Cielos hacían
años, milenios, que habían tomado la decisión de no bajar más a la tierra dejándola
destinada a lo que el azar quisiera.
Pasaron
siglos de aquello. Los templos de culto al fuego salpicaban la faz de la tierra
y los fuegos fatuos iluminaban sus cavernosas estancias, pero un día, cuando la
tierra se paró y dijo que se bajaba del mundo, la Vida salió de debajo de las
piedras dispuesta a morir antes de continuar viviendo de aquella manera.
Siempre
es preferible morir dando batalla, que esconderte mientras te preguntas “Que
hubiera pasado si…”