Ha llegado el invierno



Que se abran las puertas del cielo y que los rayos lo destruyan todo. Que se alcen las nubes bañadas por el sol del amanecer y el frío de las estrellas, que la hermosura de la luna plena se confunda con el alba, que el corazón busque de nuevo lo que fue en el pasado, que vuelva a sus raíces, que vuelva a latir como antaño.

Hielo. Llueve hielo, escarcha, nieve y fuego. Los vientos arrastran las hojas del otoño y las flores de la primavera bajo los cálidos rayos del verano, pero sigue lloviendo hielo. Cae y me insensibiliza la piel, me congela las articulaciones, me bloquea el riego.

Me quedo quieto mientras noto como todo se abalanza sobre mí, como la realidad supera a la ficción, y las canciones, que antes eran recuerdos imborrables, ahora son puñales emponzoñados. Pero no los siento, porque sigue lloviendo hielo, escarcha, nieve y fuego.

Se me congela la carne, ya no siento los huesos, comienza el profundo letargo. Ha llegado el invierno.



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