Reina de la Noche
Tétrico.
Palacio de oscuridad asentado sobre pilares de engaños, muros de mármol azabache
y de tretas maquilladas de conspiraciones. Así es tu templo Reina de la Noche, la
Señora de las usurpaciones y de las intrigas, Señora de lo turbio y de lo
oscuro, de lo eróticamente gótico y muerto. Dueña del placer encarnado en la
lujuria más provocante e incipiente de todos los Estados del mundo.
Tú
que te sientas en un trono hecho con los huesos de tus amantes, que te
alimentas de la sangre que brota de los sentimientos y de la perversión de una
sonrisa. Que maquillas las horripilantes
transformaciones de la oscuridad con tu tez pálida como la luna llena, y oculta
como la misma.
Ojos
negros como la oscuridad dentro de la noche, labios rojos como la sangre de
todos aquellos que han sucumbido a tus encantos, melena negra como el corazón
que llevas por estandarte, hermosa como el filo de la daga que ha segado la
vida de los incautos, y voz que enjaula a los sueños tras barrotes de aire.
Tú
Señora de la Noche, tú que reinas y moras en mi ser, que me esclavizas con sus tétricos
encantos. Adelante, fustígame con tu mirada, arráncame la piel de la espalda
con tus uñas de acero y ónice. Eres la dueña y patrona de mi cuerpo. Soy todo
tuyo.