A por el último empujón
Hace frío, tengo las manos heladas, me duele la cabeza de estudiar, se me
cierran los ojos por culpa del cansancio, me duelen los brazos de entrenar, y ya
no sé si estoy dormido, si estoy despierto, si estoy escribiendo, o si tan
siquiera respiro… ¿Estoy respirando? Supongo, de no ser así, sería algo
digno de admirar.
A veces me pregunto para qué me meto en
estos berenjenales, porque demonios me meto a trabajar como un negro en temas
en los cuales absolutamente nadie se para a pensar, porque escojo siempre el camino
difícil cuando lo que se lleva hoy en día es tirarse en el sofá y rascarse la
barriga, o como mucho irse de juega con los colegas.
Pero no, por llevar la contraria ¡Ahí estas tu! Has decidido coger el camino
de acostarte a las tantas de la mañana y no precisamente por irte de fiesta, de tener que patearte medio mundo tú
solito, de currar como un negro sin cobrar y por amor al arte, de estudiar una
carrera que tiene una media para acabarla de 11,5 años, y ahí estas, ya en
tercero, a unos dos años de acabarla y luchando como un cabrón por aquello que
consideras justo, que consideras loable, y lo más importante, que consideras
que puede ayudar a un pueblo que te ha visto nacer, crecer, y llevarte tus
primeras hostias.
Ojalá algún día pueda contaros este
proyecto en el que llevo ya currando año y medio, ojalá algún día, pueda
cerrarle a boca a cierta mujer rodillas de acero con el trabajo, el desvelo, y
el sudor de mi frente. Ojalá algún día… Ojalá algún día aprenda a comportarme
como un universitario y no como un adulto… ¡Qué demonios! No sé para que me
quejo tanto, si al fin y al cabo, soy la persona más feliz del mundo haciendo
lo que hago, y para qué negarlo, me encanta saber que soy la única persona que
con 20 años, está metido en lo que está metido.
Un último empujón. Tan solo uno, y
entonces… Pero antes, hay todo un mundo por el que luchar. Ya habrá tiempo de
descansar cuando estemos muertos. Hoy por hoy, todavía queda mucho por lo que luchar, y desde luego, tengo más ganas que nunca.