La Filosofía del Fénix
Un día
por la mañana te levantas y nada es como el día anterior, dentro de ti, en tu
interior y sin saber por qué motivo o circunstancia, algo ha cambiado. Te
sientas en la cama mientras te estiras y miras los rayos del sol que se cuelan
entre los agujeros que hay en la persiana, notas el frío del suelo en la planta
de los pies, y te dices a ti mismo “Hoy será un buen día.”
Ese
día cuando te despiertas te das cuenta que nada de eso sirve. Que es preferible
mandar todo a la mierda y estar en paz contigo mismo, antes que enfermarte por
culpa de algún o alguna déspota que te tiene esclavizado limpiándole la mierda
que deja tras de sí porque es un inútil para nada.
Pues
ese día por fin ha llegado. No pienso fallar a mi forma de ser porque no
contente ni a algunos miembros de mi familia, ni a miembros de mi partido, ni a
nadie. Mañana,
será el día de una nueva vida, y pese a quien le pese, no lo tendrá tan fácil para
hacerme caer o callar. Puede que llore de impotencia, puede que grite de rabia,
pero no es tan sencillo cerrarme la boca, y si no, que se lo cuenten a madre.
Se
apagan las luces del día y las estrellas brillan a millones de años luz en lo
alto del firmamento. Mañana ya no será un día más. Ahora por fin entiendo la
filosofía del Fénix. Con más fuerza que nunca. ¡A por ello!