Promesas
Fuiste
el ángel oscuro que vino a tocarme a la ventana. Fuiste la Muerte
disfraza de cortina de humo, la que me atormentó durante lunas eternas bajo la apariencia
del tiempo, de la enfermedad que asolaba mi corazón en busca de un agujero por
el que hacerme mella.
Fuiste
la Dama de la Desesperación, la que portaba su vestido de cadenas y la que se
reía en la oscuridad de los pasillos, la dueña del Palacio de Medianoche,
aquella que con su embrujo abarrotaba mis sentidos y me dejaba destrozado en el
suelo.
Pero
la noche se hizo día y los ángeles cayeron en picado. La luz se desplazó en los
cielos asolando la oscuridad y quedaste recluida en tu cajón. Sé que se acerca
el momento final, pero ni las lunas nuevas ni los cantos de los cuervos
nublarán mi mirada.
Codo
con codo. Como hemos hecho siempre. Hasta el final. Y antes de que te mueras,
ten por seguro que se morirá el mundo. Te lo prometo.