Sin vuelta atrás
Atisbas
la oscuridad. Tan solo hay oscuridad plena y espesa en el mundo, nada más.
Salta
una chispa de brillo en el horizonte del infinito, una brizna de brillo que se
refleja sobre la superficie del océano, una mancha dorada tan pequeña como la
cabeza de un alfiler que hace temblar los pilares del mundo.
Se
expande la luz.
Corre
por la superficie de la oscuridad a la velocidad de un relámpago mientras el
mundo avanza lentamente, mientras la oscuridad se repliega sobre las eternas
praderas de aguas muertas, y donde antes no había nada, ahora lo hay todo.
Se
derrumban los cielos y las puertas del mañana se abren, se cae todo lo que
conoces, se derrumba todo lo conocido, y todo para abrir paso al día siguiente.
Que allí donde ahora hay luz, jamás reine la oscuridad. Que allí a dónde has
llegado, ahora no haya vuelta atrás.
Ahora,
solo hay un camino, y es seguir adelante.