Tirar
Te
revienta la cabeza y te ahogas con aire, se te caen los párpados, deseas mandar
todo a la mierda, pero cuando te das cuenta es el fin de un día, y te dispones
a descansar para comenzar la jornada siguiente.
Te
levantas como cada día cogiendo aire. Llenando los pulmones del frío oxigeno
del cuarto, pero te ahogas con nada paso, con nada milímetro que desplaza tu
cuerpo, con cada segundo que permaneces en pie luchando por lo que crees, por
lo que amas, por encima de viejos dogmas o del “qué dirán”. Sin miedo a las
consecuencias, desnudo, solo con la verdad.
Pasan
los días, te sigues ahogando, duermes, te levantas, y esa presión no desaparece
del pecho, la cabeza está más abombada que nunca, pero sigues adelante, no
importa absolutamente nada, solo tirar, tirar, y tirar todo lo que puedas.
Tirar
hasta rozar tus labios, y abandonar este cuerpo de mortal de nuevo.