Si muero, que sea matando
Hoy retrocedí unos 10 años de mi vida,
volví a oler el color del verde, a respirar el sol y el mar… Volví a tener esa
sensación de que era alguien que no tenía más preocupación que aprobar 2º de la
ESO. No sé porque me marcó tanto ese curso… Supongo que porque fue el año en el
que decidí ser como soy, ser yo, y afrontar todos los problemas que eso
conllevaba.
Hoy he visto de nuevo a mi recuerdo
corriendo por el campo, a mi imaginación soñando ser ese caballero errante que únicamente
tiene como propósito que se haga justicia, y es precisamente a ese recuerdo, a
esa sensación que se mezcló con el olor de enredaderas, savia, y hojas de
castaño, que no tengo miedo a lo que pueda pasar desde el día de hoy.
Tomé la decisión de enfrentarme al malo
malísimo, de hacerle frente a todo aquello que considerara una ofensa para con
mi gente, a todo aquello que hiciera temblar los pilares de una infancia que me
marcó a fuego y que me ha hecho ser como soy.
Si el pez grande tiene que comerse al
pequeño que lo haga. Acepto la cadena alimentaria, pero que tengan por seguro
que voy a ser la comida más indigesta que hayan probado en más de 35 años de
democracia.
Por mis recuerdos, por el juramento de
defender la verdad. Si muero, que sea matando. Fe en Dios, e ferro a fondo.