No Acordarse de Nada
Se te
pasan muchas cosas por la cabeza. Demasiadas. El corazón colapsa. Tiemblas,
sientes lo que es el auténtico miedo y el verdadero pánico. Todo se adueña de
tu cuerpo, no piensas, no actúas, no puedes hacer absolutamente nada, ni si
quiera puedes permitirte el hecho de tener una esperanza en que no suceda porque
sabes que es cierto.
Tuviste
la culpa, cabeza loca. Estuvo en tus manos la decisión, y aún así, la
olvidaste. Es el pago que tienes por no actuar con raciocinio y dejarte llevar
por un impulso animal que te ha nublado la visión, y que puede nublarte toda tu
vida.
De
nada sirve hacer nada ahora, y la paciencia nunca ha sido tu punto fuerte. Para
qué negarlo, Tranquilo murió cagando. Pero no te quedan más narices que
tenerla. Escarmienta de una vez y aprende a que hay cosas con las que no se
debe jugar, ni tan siquiera imaginar.
Y lo
peor de todo, es no acordarse de absolutamente nada.