Arde
Apareces
de la nada y me provocas.
Me provocas
con cada palabra, con cada mirada, con cada letra que pueda salir en la
pantalla del teléfono. Sueño con tus labios aún sin verlos o con arrancarte la
ropa sin saber que llevas puesto, sueño con comerte la boca y ahogarte a besos
mientras tu cuerpo se quema a fuego junto el mío.
Agarrarte
de las muñecas mientras somos uno sobre la cama, mientras te miro fijamente y
te como el cuelo a bocados lentos y llenos de calor, mientras dirijo tu aire,
los latidos de tu corazón, y tu dominas mi espíritu indomable con tan solo una
mirada, una orden, un simple beso.
Rozarte
los labios. Lentamente. Solo pasar la boca sobre tu boca, la piel sobre la
piel. Verte a los ojos mientras arde la pura lujuria y el placer en nuestras
pupilas, mientras el calor de nuestra sangre incendia la habitación y nos
consumimos a fuego lento, siendo el calor de un alto horno el puro Ártico a
nuestro lado.
Has aparecido
de la nada en menos de nada y lo único que se me pasa ahora mismo por la mente, es que quiero arder en una pira de puro deseo contigo. Dame el fuego de tu
cuerpo porque te has llevado el temple de mi alma, y en mi ya no gobiernan razones.