Final Round
Pasan tantas cosas en los
31.536.000 segundos que tiene un año que no se en que punto de mi vida
comenzaron a cambiar o cambiaron las cosas.
Recuerdo que en bachillerato
mi única meta era ser militar de carrera, que después la vida me cambió, que
entré en la carrera motivado por el mar y siguiendo el consejo de mi tío, y que
fue en el primer año cuando conocí a un profesor del BNG, que sin quererlo, plantó en mí la
semilla de quien soy hoy; ese chaval friki conocido por los del PP y los de la
comarca, o incluso por colegas de nuevas de Madrid, Alicante, Asturias,
Barcelona, Cádiz, y otros tantos puntos, como el chaval de un pueblo gallego
llamado Mugardos, que solo defiende el naval independientemente de una posición política.
Cambian muchas cosas a lo
largo de la vida. Muchas. Pero si de algo me encuentro verdaderamente
orgulloso, no es del haber renunciado a mis sueños personales por otras metas,
es de haber descubierto que el camino que quiero seguir es mi camino. El camino que
nadie con dos dedos de frente se pararía a coger.
Ya lo decían mis abuelos,
“siempre vas por lo peor.”
Algunos han tomado el camino
que les han marcado y que van a tener que seguir para llegar lejos en política.
La suerte que tengo como aquel que no quiere vivir de esto, es que no quiero
ser como nadie, y solo quiero ser quien soy, ser como soy.
Hoy
va a ser un día para recordar, va a ser un día para brindar con los amigos que
me han ayudado con esto, que han confiado en mí a sabiendas de que podía ser un
suicidio y que a lo mejor estaba como una puta cabra, pero que finalmente ha
resultado posible. Esta, va por vosotros. Por todos esos que pensamos que la pasión está por encima del dinero, porque la magia existe, solo que hay que saber donde buscarla.