Adelante
No voy a negarlo, pero hace unos días
ahí atrás me derrotaron, me vencieron, y me quedé
mirando al suelo y a mis manos preguntándome si no habría podido dar más de mí.
Durante este camino he conseguido
grandes cosas, he vivido la experiencia inolvidable de lo que es ser uno de
estos caballeros de la antigua usanza que combatían las injusticias, y será
imposible olvidar alguna que otra lágrima causada por la impotencia, el
agotamiento, y el dolor de cabeza.
Sí, he arañado con la rodilla un grano
de polvo que había por el suelo, pero lamento decir que mañana será otro día.
Mañana me levantaré, levantaré la mirada de nuevo, y seguiré defendiendo
aquello por lo que creo y creeré hasta que me muera.
Aún queda mucho por luchar, por demostrar. Seguiré
este camino y no me detendré, y si lo hago, será solo para coger aire, pero
seguiré corriendo, seguiré luchando, y no me cansaré de gritar, de llorar. No
dejaré de intentarlo, no me cansaré de luchar.
Porque la diferencia entre lo posible y lo imposible,
se llama fuerza de voluntad. Cambio de rumbo, dirección: Santiago de Compostela.