Bailando entre escorpiones
Dijeron que bailaba entre dos
escorpiones; uno viejo y cansado, y otro más mantenido de lo normal. Dijeron
que tuviera cuidado, que cuando se sienten amenazados atacan a todo lo que se
mueva y que no se tocan el corazón, que jamás en su vida pidieron perdón, y
que no serás quien arranque esta palabra de su boca.
Dijeron que rayaba la legalidad con
mis acciones, que el fin no justifica los medios, que la modestia es la llamada
excusa de los inseguros, y que no seguía la senda de lo correcto. Dijeron y recomendaron que dejara de ser como soy, y lamento decepcionarlos, pero la
vida es como decide vivirla uno mismo.
El pasado se plantó en la puerta de
nuevo, y no sé exactamente si lo hace para recordarme la lección aprendida o
como una segunda oportunidad del destino, no sé si lo hace para que siga
adelante, o que coja ese maldito tren que hace años decidí no coger.
Mientras tanto sigo bailando entre
escorpiones, rozando aguijones cargados de veneno, con la única protección del
karma y el negro sobre blanco que me garantiza que siempre que hablo digo la
verdad. Seguiré bailando con ellos, mirándolos a los ojos fijamente, recordándoles
que por encima de todo está la Libertad.