Inferno
Notas
que te falta ese grano de arena, ese punto del cielo que es una estrella a
100.000 millones de años luz que logras atrapar cada noche cuando extiendes tus
amos al cielo y la aferras con la punta de los dedos, notas que falta esa
corriente de aire que te enfríe los pies una templada mañana de verano.
No
sabes cómo encontrarla; no sabes cómo encontrar de nuevo esa cabeza de alfiler
que completa el puzle más complejo que jamás hayas logrado hacer.
No
tiene sentido alguno que el fuego deje de consumir, que cuando la sabiduría
fracase deja de existir inocencia. Esperas y rezas por que el Sabio más sabio
sea quien te saque las castañas del fuego, y mientras rezas por un milagro,
sigues buscando ese grano de tiempo y alma que te haga pleno.
Pero
mientras buscas, te das cuenta de que no hay un paraíso más cercano que el
propio Infierno.