In Congress
Y la vida no es tan fácil como decir quiero vivir así y ya está; no es algo
en lo que puedas actuar y esperar que no tenga consecuencia alguna. Aquí la
ley del principio de acción-reacción está más latente que nunca, y por eso
mismo toca regirse. En el mundo real no existe la opción de guardar la
partida y luego apagar la consola.
Lo más bonito, y creo que nadie logra llegar a entender de un ideal, es que
estás dispuesto a dar hasta tu propia vida por ello; estás dispuesto a pagar
con tu hipotético futuro un presente más incierto que el futuro más lejano, de
darlo todo a cambio de poder ir con la cabeza más alta, de poder mirar al
frente, hacia los lados y hacia atrás, sabiendo que no le debes absolutamente
nada a nadie y que no pueden echarte nada en cara.
Siempre que tengo un dilema moral tiro de una de las grandes constituciones
del mundo, y es la declaración de independencia de los EEUU, concretamente de
una frase que recoge el espíritu de un ideal y de la libertad, y es que “cuando
una larga serie de abusos y usurpaciones, que persigue invariablemente el mismo
objetivo, evidencia el designio de querer someter al pueblo bajo un despotismo absoluto,
es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer nuevas salvaguardas
para su futura seguridad.”
Porque cuando los abusos no tienen otra
finalidad que perpetuarse en un cargo no electo como un déspota, mentiroso, y manipulador, es el
deber del propio pueblo el levantarse en armas para derrocarlo.