Migas de Pan

Durante toda nuestra existencia el destino, en mayor o menor medida, nos va dejando migas de pan.

Una fecha, un olor, una brisa, o una mirada de soslayo, pueden desencadenar esa reacción en tu interior capaz de desbloquear aquello que se encerró en otra vida para poder despertar en esta, para recordarte parte de tu pasado, para marcarte el presente, y por consiguiente, mostrarte el futuro por el cual estás obligado a luchar.

A veces, cuando tienes esos días de bajón en los que echas la mirada para recordar a quien ya no puedes ver, o sonreír a aquellos que te sonrieron, no te das cuenta de que el tiempo no se ha detenido para ser clemente contigo, y que la tierra no ha parado de girar ni en un solo instante.

No está bien quedarse encerrado en el pasado, y hoy a media noche se acaba el presente. En tus manos está el quedarse en un cuarto repleto de fotos, o cruzar la puerta persiguiendo un mañana. Hay quien te cuestionará, hay quien te mirará con desprecio, pero solamente debes recordar que pase lo que pase, estás haciendo lo correcto.


Eso que tienes ahí delante es tu futuro; Ve a por él, y vívelo por aquellos que no pueden vivirlo a tu lado. 


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