Bona Dea

Desciendes desde lo más alto de los cielos para posarte sobre mí. Desciendes bañada en esa luz tan brillante y tan cegadora que abrasa los pensamientos; que borra la distancia con el mundo de los sueños.

Hubo quien dijo que montar en estrellas era algo imposible, que jamás se podían separar los pies de la tierra y que todos y cada uno de nosotros estábamos condenados a vagar sin otra meta que nacer, vivir, y morir. Se equivocaba quien dijo que esas eran las funciones básicas de cualquier hombre, mujer o niño.

Cuando todo el mundo te diga que no choques contra una pared, carga tu cuerpo de toda la fuerza necesaria y redúcela hasta convertirla en polvo de talco; cuando te digan que vas a caer, cae como si la vida te fuera en ello para aprender a levantarte; cuando te digan que vas a cometer el mayor error de tu vida, asume que será cierto, y que te llevarás la mayor hostia que recordarás en muchos años. Hazlo, porque dentro del nacer, vivir y morir, también subyace el aprender. 

Porque los que ya no tienen ni valor ni fuerzas para perseguir un ideal te dirán que tomas un camino que te llevará a la perdición, y a veces es necesario perderse para llegar a destinos que son inalcanzables. Si no, todo el mundo sabría cómo llegar hasta ellos. Bona Dea!


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