Reyes
A veces olvido que no
existe mayor prueba de que el trabajo y el sacrificio tienen recompensa que la
que guardo en el esquinal que tengo en el despacho. A
veces me olvido que esas tapas negras, esa luz tan blanca que ciega, esas
decenas de erratas que observo con cariño y nostalgia en el alma que tanto
esfuerzo me supusieron escribir, y cuanta satisfacción me producen leer.
Cuando estaba tomando unas
cañas el día de fin de año con los amigos les decía que tenía la impresión de
que este sería un gran año; el año en el que acabaría la carrera, si Dios
quiere, el año en el que mi segundo libro verá la luz del sol, si Dios quiere,
el año en el que siga entregándole el corazón a la misma persona que me lo
llevó sin querer un 29 de Octubre de 2010.
Hoy día de reyes se cumplen tres años de que mi primer libro saliera a la venta, y he de reconocer que cada
vez que creo que no lograré cumplir con un proyecto, con un objetivo, lo miro y
recuerdo que no fue nada fácil.
Que era un "yo versus el mundo" con 20 años, y que tuvo que firmar mi madre en el Registro de la Propiedad Intelectual porque yo aún era menor de edad. Que en nada se parece como escribía en aquel entonces y en como escribo ahora, pero que sirvió para aportar mi granito a la lucha contra el cáncer y demostrarme que podía hacerlo, que podía escribir, que podía mejorar y encontrar mi estilo.
Que era un "yo versus el mundo" con 20 años, y que tuvo que firmar mi madre en el Registro de la Propiedad Intelectual porque yo aún era menor de edad. Que en nada se parece como escribía en aquel entonces y en como escribo ahora, pero que sirvió para aportar mi granito a la lucha contra el cáncer y demostrarme que podía hacerlo, que podía escribir, que podía mejorar y encontrar mi estilo.
Nada en esta vida es fácil, y
estoy por apostar que si todos nosotros miráramos atrás, y nos diéramos cuenta
de en verdad cuanto hemos conseguido cada uno en nuestras vidas sin darnos
cuenta, no nos hundiríamos nunca.
El mejor regalo de reyes no me
lo dieron ni mis padres ni mis abuelos; el mejor regalo de reyes me lo dio el
destino. No hay mayor regalo que sonreír al lado de los tuyos, sentir su apoyo
en cada cruzada y locura que emprenda, sentir esa brisa al lado por los que ya no están, y saber que por ellos siempre seré más
fuerte que el destino, que cada día intentaré ser mejor de lo que soy.
Feliz noche de Reyes