Acero
Como la historia de nunca
acabar. Como la historia de cerrar círculos infinitos uno detrás de otro
cogiendo impulso para hacerlos más rápido, tanto que a veces te sales de la línea
que tú mismo te has marcado como railes.
¿Quién no se ha salido alguna
vez de lo marcado sobre el papel? Aquellos que no lo han hecho, deberían probar
lo que es vivir la vida un poco, por lo menos saborear lo que se siente con un
poco de libertad en las manos, y con las dosis de locura suficientes como para
aceptar retos que ni el más cuerdo de los hombres aceptaría. Pero qué carallo, hemos venido a jugar.
Lo miras; aquello que te ha
acompañado durante tantos años y que es el símbolo de tu matrimonio y de lo que
juraste defender. Un alma igual al material que del que fue creado, la defensa
de la tierra en la que se obtuvo, el respeto a la casa que lo forjó, y el
compromiso que atañe hasta que la muerte te lleve a las raíces de la tierra para formar parte de ella.
Hay matrimonios indisolubles a los ojos de Dios, y éste es uno de ellos. Ahora el tiempo de divertirse se acabó, es el momento de poner en jaque.
Hay matrimonios indisolubles a los ojos de Dios, y éste es uno de ellos. Ahora el tiempo de divertirse se acabó, es el momento de poner en jaque.