Vermillion

A veces es difícil describir esa llama. Es un puntito, una chispa, una cabeza de alfiler que hace que se mueva el mundo.

Hay quienes lo llaman Efecto Mariposa; el aleteo de una mariposa que puede acabar en un cataclismo de cagarse. Principio de acción-reacción, karma, llamémosle como quieran, pero es ese nada que se convierte en un todo. Es como sacarle una tuerca a un motor, como tener un coche sin llaves.

No existe la tan llamada hoja de ruta ni los planes a largo plazo, lo único que es certero es que tienes un segundo que puedes emplear como mejor te venga sabiendo que el siguiente segundo dependerá del anterior. Así con todo. Por muchos pasos que tomes en tus planes rara vez algo se cumple. No somos Mavis Vermillion diseñando los Grandes Juegos. 

A veces te caes, otras levantas un trofeo, y otras en cambio ni una cosa ni la otra y pasas sin pena ni gloria, pero una cosa sí está clara, y es que las cosas realmente importantes hay que aprenderlas de la experiencia de uno mismo. 


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