All-In
Cuando
menos te lo esperas la vida te puede pegar un cambio de 180 grados y dejarte
con el norte hacia el sur y el este hacia el oeste.
Siempre
que alguna persona me preguntaba acerca de mi futuro, cuáles eran los sueños por cumplir y como hacerlos realidad decía que me ocuparía de ello
cuando llegara el momento, si es que este llegaba algún día. Ahora que me encuentro
a las puertas de un proyecto que ni en mis mejores sueños podría imaginar, es
cuando toca demostrar que todo lo aprendido, que todo lo vivido, que todo lo
estudiado y absorbido, ha servido para algo.
Me
viene a la mente un viaje a Salamanca en el que hablé con una amiga de este
tema y ella me dijo que nunca perdiera la esperanza y que siguiera volcado en
mis sueños, que siguiera al pie del cañón para prepararme cara a ese día que
seguramente llegaría, y aquí me encuentro.
En mi
casa se dijo siempre que a la vida había que echarle dos cosas; cara dura, y
pelotas como el caballo de Espartero. Quien no arriesga no gana, y en mi
primera apuesta voy a marcarme un all in.
Coger
aire, cerrar los ojos, y saltar al vacío tan solo con la firme convicción de
que se sale a ganar, del resto nos preocuparemos cuando vaya llegando, pero lo primero es llegar. Siempre
he promulgado con la idea del Plan T, y va siendo hora de ponerlo en práctica
más que nunca.
Si es
que el mar en calma nunca hizo un buen marinero, y ahora toca abrir las alas y probar a volar.