29102010
A veces la vida da tantas vueltas que te lleva hasta el mismo punto, pero con una vuelta de experiencia, con una vuelta de conocimientos, con una vuelta de todo. Recuerdo que hacía, frío, que llovía, y que olía al combustible pesado que utilizan los motores del tren. Era por la tarde cuando salía de estudiar del aulario y tú bajaste de ese vagón. Podré olvidar muchas cosas, pero jamás olvidaré el frío que pasé esa noche. Recuerdo los años siguientes no por las cosas buenas, si no por las hostias dolorosas con las que aprendimos a vivir, unos más que otros. Con las discusiones, meses de silencio hasta que por algún extraño motivo volvíamos a conectar, un tira y afloja que no estaría escrito ni en las mejores novelas hasta que la vida dio otra vuelta de tuerca y nos puso donde tenía que ponernos, que era al uno al lado del otro. Aprendimos a odiarnos y a querernos, a ser amigos y enemigos, a ver las cosas de todos los tonos posibles, a sufrir en solitario con nuestros miedos