Contra lógica
Es en las grandes citas cuando
demostramos de que pasta estamos hechos. Cuando vemos que la presión se cuela
en las rendijas que dejan los átomos que nos forman y que los huesos tienen la
obligación de seguir en pie.
No es un mero trámite, es
meterse de lleno en la batalla por el todo. Recorres una distancia durante años
para este momento en el que el miedo peta a tu puerta con esas manos blancas y
dedos huesudos que tanto pavor causan. Llueve, está oscuro, y no hay pelotas a
levantarte para abrirle e invitarlo a tomar un café.
Es ahí cuando te gana la
partida, cuando ha logrado su meta de hacerte retroceder, porque hay ocasiones
en las que tienes que levantarte, abrir la puerta, y sea lo que sea lo que haya
ahí fuera es mejor morir bajo las estrellas, a morir de hambre encerrado en
casa viendo la luz de la luna.
Para aquellos a los que
siempre nos han gustado los retos no hay nada mejor que una contrarreloj contra
la lógica de uno mismo.