Lo último que se pierde
Crees que no das para más y
que todo se acaba en ese instante en el que el mundo te dice “hasta aquí”. Que
ya no hay vida después de las caídas y de los cortes, que no queda mucho más
que lamerse las heridas y asumir las consecuencias.
Existen dos formas de asumir
los errores: la primera es aprender de ellos y no repetirlos, la segunda, es
que tus propios errores, que tus fallos, que tus miedos, que todo aquello que
acompleja a tu corazón, sea tu propio caballo de batalla. Que aquellos que
pretenden coartar tu libertad con abortos de faltas de respeto, sean los que te
den las armas con las que enfrentarte a ellos.
Le decía a un amigo el otro día
que cada vez creo más en el karma, y es por ello que todas aquellas veces que
os insulten y humillen, que aquellas personas que se creen que tienen la
autoridad moral para juzgaros os hagan daño, perdonadlos y dejarlos seguir con
su vida.