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Mostrando entradas de septiembre, 2016

Animales soñadores

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Da igual que te encuentres como la guerrero de pelo amarillo cuando fue enterrada viva en la tumba de Paula Schultz, porque solo necesitas aferrarte a esos sueños que anhelas en lo más profundo de tu ser para poner la mano dura y partir todo cuanto obstáculo se encuentre en tu camino. Para bien o para mal siempre he soñado a lo grande, a lo más grande que pudiera, a ponerme metas de esas que no le dices a nadie porque cuando las dices, lo primero que te dirán es que es imposible que lo consigas. Que eres un completo animal. O quizás te encuentres con personas tan poco cuerdas como tú que decidan apoyarte en tus aventuras. Hubo una vecina que me preguntó el otro día en el Facebook si dormía por las noches porque entre el remo y los entrenos, escribir, la familia y amigos, estudios, la política, no sabía cómo era capaz de estar a todo, y la verdad es que en ocasiones, ni yo mismo sé cómo soy capaz de hacerlo.  Lo único que sé y que tengo claro es que tomé la decisión de

Rocódromo

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Dándole las últimas pinceladas al que es mi tercer libro, y que si todo va bien saldrá publicado finalmente el mes que viene, estuve leyendo entradas de este blog que ya tienen 4 y 5 años. La verdad como pasa el tiempo sin que te des cuenta. Cambiaron muchas cosas desde entonces, entre ellas la forma de escribir, pero el carácter que había en las palabras por aquel entonces sigue intacto en esas mismas palabras, aunque ahora se usen con una pizca más de experiencia y destreza. Cuando estás a punto de lograr algo importante el cuerpo parece que te avisa, que te manda señales y te motiva con el simple hecho de abrir los ojos por las mañanas. Cada día que te levantas con ese objetivo entre ceja y ceja. Igual ese es el truco para resistir y hacer del día a día una prueba de superación. Una jornada de puertas abiertas al rocódromo de los sueños que esperan a que los agarres en lo más alto. Están ahí esperando, y si de verdad lo quieres, no hay nada que pueda hacer que tarde

20'

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En 20 minutos pueden ocurrir muchas cosas: Puedes aprobar un carnet de conducir, presentar un proyecto fin de carrera, incluso tocar el cielo hasta el punto de clavarle las uñas a las nubes y sentir de que materia están hechos los sueños. Todo empezó siendo un juego hace años cuando éramos los chavales del club de remo. Cuando éramos los frikis que se iban a correr cuando llovía a mares, o salían a mar abierto cuando los rayos resquebrajaban el cielo y el granizo caía sin piedad. Éramos los que se hacían horas y horas en carretera para remar veinte minutos sufriendo en algunos casos en partes del cuerpo que creíamos que no existían. Todo empezó siendo un juego que se acabó yendo de las manos.  Aún cuesta decir estas palabras, esas tres letras una detrás de otra que son sinónimo de haber llegado a las puertas del cielo. Porque siempre se ha creído que era imposible, pero como se suele decir, los imposibles lo son siempre hasta que alguien demuestra lo contrario. Y tambi

Charcos

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Como esos días en los que llueve sin parar y corres bajo los portales de los edificios. Como esas noches en las que no ves las estrellas por todas las nubes que se agolpan sobre las farolas, y por esos charcos que nacen de la nada haciéndote dar un rodeo por dos calles más atrás. Por esos charcos que acabas saltado de lado a lado cumpliendo con lo dicho por Ambito Kinitoh en Galicia Calidade.  Esos momentos en los que pisas los pasos de cebra mojados, en los que patinas porque la pintura blanca hace deslizar las suelas de tus gastados zapatos pero aguantas el equilibrio. Caíste tantas veces que ahora hasta ya sabes cómo pisar fuerte y seguro en terrenos resbaladizos mientras la música resuena en tus oídos. Llueve, siempre lo hace, y siempre habrá terrenos resbaladizos en los que pisar, pero quizás la vida te lleva por los caminos más largos con la idea de enseñarte a surfear entre semáforos y pasos de cebra, con la única intención de entregarte un arma más con la que enfren

Horizontes de Gloria

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Había una frase de esas que encuentras en alguna letra perdida de canciones que escuchaste alguna vez. Una de esas frases que marcan a fuego, en el corazón traspasando la piel, fijando el reflejo y esperanzas de quienes ya no caminan contigo pero vuelan sobre ti. Preparando el viaje en el que me embarcaré este fin de semana rumbo a lo desconocido, tan solo con amigos que cabalguen a tu lado, encontré en un CD perdido por los años una de esas canciones que lo dicen todo si paras a escucharla y a entenderla. Nunca se debe tener miedo a un nuevo capítulo en tu vida, y si hay algo que de verdad puede mejorarte como persona, es el salir de tu zona de confort.  Enfrentarte a lo desconocido con las únicas armas que tú has sido capaz de labrarte, honrando las tradiciones que años de esfuerzo de tus ancestros, y sobre todas las cosas, la mirada hacia el horizonte con el cumplir de tus sueños como meta. Y que mientras se ponga el sol corras hacia él, para que siempre haya un mañan