Animales soñadores

Da igual que te encuentres como la guerrero de pelo amarillo cuando fue enterrada viva en la tumba de Paula Schultz, porque solo necesitas aferrarte a esos sueños que anhelas en lo más profundo de tu ser para poner la mano dura y partir todo cuanto obstáculo se encuentre en tu camino.

Para bien o para mal siempre he soñado a lo grande, a lo más grande que pudiera, a ponerme metas de esas que no le dices a nadie porque cuando las dices, lo primero que te dirán es que es imposible que lo consigas. Que eres un completo animal. O quizás te encuentres con personas tan poco cuerdas como tú que decidan apoyarte en tus aventuras.

Hubo una vecina que me preguntó el otro día en el Facebook si dormía por las noches porque entre el remo y los entrenos, escribir, la familia y amigos, estudios, la política, no sabía cómo era capaz de estar a todo, y la verdad es que en ocasiones, ni yo mismo sé cómo soy capaz de hacerlo. 

Lo único que sé y que tengo claro es que tomé la decisión de querer cumplir mis sueños, y es por ello que me levanto cada mañana pensando en que los que no se rinden en el día de hoy, son los que en realidad acaban formando parte del futuro. 

Tengo muchos sueños, quizás de demasiados. Sueños que en algunos casos escapan de la compresión de algunas personas que no entienden ni si quiera su significado en sí, o el hecho de porqué hago ciertas cosas, pero todo tiene un perfecto sentido, no hay nada sujeto al azar.

Animales soñadores, queridísimo Piscis. Quizás la culpa es de aquellas dos personas que de pequeño te hicieron soñar entre bicicletas, motores, bujías y el Mar.


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