Por lo que tenga que venir
Luz azul y todo da igual. Sois el sumatorio de todo aquello cuanto anheláis, de todo cuando pide el cuerpo porque ¡Qué coño! Sois los eternos incomprendidos que solo tienen como objetivo el vivir un día más. “¡A rondas!”, grita una de las voces de los que están en el fondo, pero es lo que toca, como dice el dicho o follan todos o la puta al río, que sin darte cuenta al fin y al cabo has ligado tu destino al río de alcohol que rige el futuro de los que están a tu lado. No es cuestión de calor o frío, aunque tú siempre fuiste más de frío que del calor, del gas licuado antes que del gas inerte, pero de siempre sabes que en una molécula tienen que existir dos componentes: los que sumen a la reacción y los que luchan por romperla. Luz azul en el aura del atardecer, vendetta en las mentiras encubiertas, y un Dios justo que proceda en la espera incierta de lo que uno cree. Porque los tiempos hasta ahora los marca el que manda, y no el justo pacto de perdedores que no sabe perde