Desconexión en las agujas
Poner tierra de por medio, WhatsApp apagado, y silencio. Quien necesite algo te llamará por teléfono. Irte a dónde no lo sepa nadie ni te conozca nadie. Sólo. A correr aventuras de estas que te curtieron al cumplir la mayoría de edad. Retornar al reino de hielo y acero, de adamantino y diamante. Hacer una locura sin serlo tanto. Dejar de controlar lo incontrolable y asumir la realidad: que no tienes que entenderlo todo, ni dar explicaciones de todo, y que en ocasiones es mejor ausentarse que estar presente sin estarlo. Eres un folio en blanco, arrugado, pero blanco al fin y al cabo. Un folio en el que se puede escribir con tinta o a lápiz en función de lo que quieras que perdure o quieras que desaparezca. Ha sido demasiado tiempo usando tinta hasta un punto aparte, y se me antoja raro eso de usar de nuevo un lápiz. No obstante jamás pierdas de vista tu verdadero objetivo: Levantarte como un rascacielos, como la torre más alta del palacio de Rosa Negra, como la aguja que culmi