Desgastando estacha
Cuando
se elabora una estacha, tal y como se hacían antaño, se parte de una simple hebra.
Se cogen un buen puñado de ellas, se les hace un nudo en el extremo, y se les
empieza a dar vueltas somos si fuera una de esas atracciones de feria ambulante
que llegan a los pueblos en verano.
Cuando
esa estacha está terminada se hace lo mismo con otras dos y después, en algunos
casos, se trenzan sobre un núcleo de hebras dándoles vueltas una y otra vez.
Como ese trisquel que dibujaban los
celtas en las piedras y que nos llegaron hasta los días de hoy, como las aguas
cuando recorren el remolino.
Cuando
la estacha está terminada, se cosen los extremos y se usan para amarrar los
barcos a los puertos, a las boyas, o incluso para estibar la carga. Pero… ¿Qué
ocurre cuando la estacha estalla? ¿Qué ocurre cuando uno de esos tres cordones
que la componen sobre el núcleo se deshace?
Recuerdo
que en bachillerato un compañero de clase decía que todo se solucionaba o con PV=nRT, o con ΣF=0, y en esta ocasión por ahí van los tiros.
Porque a veces se tensa tanto la estacha que los cabos saltan por los aires, y
somos nosotros mismos los que hacemos un ensayo de resistencia al nudo corazón.