Caminante 2.0

En esta semana escribí dos entradas y no acabé de publicar alguna, quizás porque no me sentía inspirado, o quizás porque preferí dejarme llevar y escribir más tarde. Disfrutar antes de relatar, vivir y sentir antes de usar papel y pluma.

Preferí centrarme en la potencia de las turbinas, en dejarme llevar bajo la presión aerostática y en lo que fuera a llegar. En caminar por la senda que ya no se ha de volver a pisar. En buscar cazadoras molonas en el Zara o recibir puñales del tamaño de cimitarras clavados con el mayor de los cariños. 

He asumido lo que quiero ser y he sido consciente de los medios que tengo para ello. He visto más allá del caos y de las barreras. He sido capaz de cargarme las nubes y mantener la impaciencia y el temperamento bajo control.


Me quedo con el pelo bajo el secador, el marcar los talones con cada pisada, el mantener la mirada al frente, y en ser el terrorista moral de las causas perdidas. Sin olvidarnos de que sean causas que realmente valen la pena… Y esta lo vale. 


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