Doblón de plata
Y corres
el riesgo. Entregas cosas por las que darías la vida a cambio de algo que no
sabes ni lo que es, ni tan siquiera si saldrá bien. Las entregas a sabiendas de
que algo puede salir mal, y corres el riesgo de arriesgar.
Inicias
entonces el cambio. La metamorfosis de plata que pusiste en marcha hace más de
un mes con la intención de crear algo nuevo, de tener como base lo viejo pero
con la esperanza de que pudiera salir algo mejor.
Y
salió. Salió todo bien, incluso mejor que lo esperado. Porque como fruto de la
fundición de todo el pasado, en algo no mayor que un doblón, que volvió a
colgar de mi cuello para señalarme el camino.
Le
estoy cogiendo el truco a esto de coger riesgos y aprender de los leñazos, y
quién sabe. Tal vez decida correr algún riesgo a mayores. Pongamos,
que hablo de Madrid.