Agua hacia arriba
Y aquí
me encuentro. Sentado en un café con el café más frío que el hielo, con el portátil
sobre la mesa, y una canción que tienes más años que mi hermano pequeño sonando.
Hace
tiempo que me dejo llevar por los impulsos y los sextos sentidos, que para unas
cosas pienso más que Platón, y para otras soy más irracional que Cupido. Que
siempre cuesta volver a sonreír, pero que tú sabes que la sonrisa nunca vuelve
a ser la misma.
Me
decían no hace mucho que tenía una sonrisa característica, y supongo que es lo
que me queda después de todo lo vivido; el intentar no perderla. Aferrarme a
ella como el clavo ardiendo que se antepone a todo de cualquier forma posible.
Porque
como dicen los sabios: Nunca sabrás el verdadero valor de un momento hasta que
se convierte en un recuerdo.