Y llegó el Invierno
Cuando
pasa el tiempo empiezas a encontrarle el significado a las canciones. Las
letras siempre esconden algo tras de sí, detrás de la conjunción entre las
palabras y las notas, entre los acordes y la intensidad con la que se toca el
piano y se besa el violín.
Supongo
que era necesario darse cuenta de esto. De que el frío no es nada malo, y más
cuando en pleno solsticio de invierno tienes que llevar camiseta de manga corta
por culpa del calor que surge del interior, de la máquina que bombea sangre en el
pecho.
Algo
ha cambiado. No sé exactamente lo qué, y quizás nunca lo sepa, pero lo que si
sé, es que esto ha terminado ocurriendo por un motivo. Para bien o para mal,
pero tiene que tener un motivo. Porque el calor ha dejado de causarme
problemas, y el frío es más cómodo de lo que recordaba.
Porque
como dice una de las canciones con más versiones de los últimos tiempos: “a mí el
frío nunca me molestó”.