Entradas

Mostrando entradas de enero, 2018

El Sol dorado

Imagen
Y volví a jugar a “La edad perdida”. Hubo un algo, hubo un algo que hizo clic en mi interior, un secreto dormido por la semilla plantada años atrás de ser un soñador cruzado de los mares. Quizás me acostumbré y asumí el discurso de los demás, y la verdad es que los corazones libres tienen la dictadura de hacer daño a los que más los quieren a costa de cumplir su propio destino. De hacer pasar mal en tierra a los que te quieren, por el simple disfrute de cruzar la perpetua línea horizontal que lo divide todo, de la superficie acuosa que define tu propio futuro.  No sé si es a consecuencia de ese juego, de las conversaciones hablando del Caribe o de las Filipinas, de la posibilidad de embarcarse rumbo a Nueva Zelanda, de ese sentido oculto que surge del más oculto de los deseos que se encuentran en la esquina derecha inferior del corazón, que despierta la necesidad de mandar todo a tomar por culo para seguir tu camino, de renunciar a todo por ser ese marino que siempre has soñad

Línea Horizonte

Imagen
Era una de estas sensaciones que llevaba algo más de un año sin probar. De esto que te carga las pilas la pequeña corriente que conecta entre neurona y neurona, entre nervio y corazón. No sirve de nada llorar por algo que no tiene solución, y si tiene solución llorar tampoco sirve de nada. Una de las grandes enseñanzas de Buda. Esa sensación de no poder con los brazos, de notarlos hinchados, pesados, pero ganas de levantarte mañana a la primera luz del sol para sumergirte en el agua transparente de la piscina a cansarte más. Es ilógico, coñero, la verdad extrañamente placentero, eso de disfrutar con el cansancio. Eso de acostarte o levantarte a las mil de la mañana, de enfrentarte a cada papel en blanco como si fuera el mapa trazado por las estrellas del firmamento, a cada proyecto sin comenzar como una posibilidad más. Los viejos siempre dicen que no sueñes y que seas realista, pero siempre he sido un soñador empedernido movido por los impulsos del corazón, y por la cor

La Canción de siempre

Imagen
Es esta canción, precisamente esta canción. Con esta canción comenzó todo y cuando parecía olvidarme de ella, en uno de esos polvorientos CD’s que tienes agolpados en la mesa, aparece. La que abrió las puertas de la literatura fantástica, la que te hacía escribir más deprisa con cada allegro , con los coros cantando al unísono tan alto que el vello de punta te atravesaba la camisa y hasta la tela del calzoncillo. Que el corazón te pedía que imaginaras más rápido, tan rápido que los dedos se deslizaban sobre el teclado como un pianista con la novena, y es un efecto que continua haciendo, creando más faltas por segundo que un niño de prescolar, pero viajando a esa velocidad cercana a la velocidad del sonido que solapa los latidos del corazón. Y se frena. La mágica obra de Clint Mansell, la que sonó cuando la cimitarra de Nerdia desalojó con su poder la Bahía de Ars, otrora la Bahía de Muala, la que luchó con los Hombres Lagarto para impedir el avance del Imperio, la que

40 minutos

Imagen
Llevo 40 minutos intentando escribir algo, y soy incapaz porque sólo me acuerdo de ti. 

A las bravas

Imagen
Te arde la garganta, te hierve el cuerpo, y notas los músculos tan, pero tan pesados, que no puedes ni descansar. Te duele la espalda y la cabeza a partes iguales, notas las costillas oprimiendo los pulmones, y los ojos tienen ese aspecto de brillo febril que induce al delirio ocasional. De fondo suena una de esas óperas que le gusta a todo friki, sea del nivel que sea. La creada por el Top 25 del Final Fantasy. Y supongo que de esto se trata, de la fantasía final. ¿Hasta qué punto deseas algo? ¿Hasta qué punto estarías dispuesto a realizar la mayor de las locuras que has realizado hasta el momento?  ¿Hasta qué punto estás dispuesto a llegar, incluso si es a costa de tu propia salud?   Supongo que hasta aquí. Hasta ese punto en el que tú eres el único responsable de tu destino, de tus acciones y de tu camino. Siempre acostumbras a tener tantos planes como problemas puedan surgir, y en este caso… En este caso, las acciones desesperadas requieren de medidas desesperadas.  De

MicroSD

Imagen
La cosa es que te dispones a acabar un trabajo que tienes pendiente y se te cae del estuche una pequeña caja con tarjetas micro SD y su adaptador.  Fue una de estas cosas que compraste en Alcampo hace años estando de rebajas tecnológicas, y vas metiendo en esa caja todas las tarjetas de los teléfonos que han pasado por tu mano, porque en los tiempos de antes, con el teléfono, te regalaban la tarjeta de marras. Ahora como dice Doña Fina: ¡A pagar! ¡A pagar! Mi abuela siempre me dice que el que guarda siempre tiene, y está claro que por guardar no quedó. Y crucé la línea sin darme cuenta de en qué jaleo me estaba metiendo. Fotos desde el 2007 hasta el 2014, listas de canciones y como no, el Alias. El último resquicio que quedó del tan lejano Messenger, el (_+'M@h!a'+_) que se ponía de colorines con los códigos que se le cargaban con el copia y pega.  Pero qué sabrá esta juventud lo que era el Tuenti, el Messenger y el Terra. El día en que vuelvan los zumbidos revi