Calentadores
Los
motores diesel llevan unos calentadores para que haya combustión, ya que a
diferencia de los gasolina, necesitan el aporte extra para arrancar por tratarse
de una combustión generada por compresión y no por chispa.
El
problema es que más que un diesel o gasolina, que funcionan a presión o
explosión, a apremio o impulso, en ocasiones pareces un motor a reacción:
Metiendo tralla hasta que arranca. Hasta que salta la válvula de seguridad y
para de golpe; bien porque la temperatura estaba por encima de los límites, o
porque falló la lubricación del cigüeñal.
Y
ahora, aquí estamos. En punto muerto, a punto de soplar para volver a arrancar.
Porque cualquiera que quiera saber cuál es su lugar en la vida, primero debe
reconocer que no tiene zorra idea de en qué parte del camino está, como si eres
un cigüeñal con el pistón uno comenzando la carrera o el siete con media
exhaustación.
Cuando
hace frío, mucho, los calentadores son de vital importancia para que el motor
diesel arranque, y a veces, aunque lleves meses ahorrando para otras cosas, el
gasto la inversión es imprescindible.
Con
más kilómetros de los que yo tengo y de los que aprendo para mejorar cada día.
Y que queréis que os diga, que me gusta mi viejo, destartalado y renqueante
Seat León por muchos calentadores que haya que cambiarle y asegurarme de que arranque en el más frío y crudo de los inviernos.
"Estoy a un millón de millas de lo que era, y aun me quedan un millón más de millas por recorrer" - Trouble de Avicii