De A hasta B
Caos.
Todo parece que es un maldito, absoluto y caótico desastre. Que la burocracia
son losas de granito que cae una detrás de otra, que la realidad te da golpes
que te dejan con las mejillas sangrando, que nunca llegas a entender cómo se
podía tener tanta “pachorra” con todo lo que hay que hacer.
Ahora
empiezo a comprender cuando en los libros de los veteranos en esta materia
dicen que es impagable el apoyo de la familia. De aquellos a los que robamos
tiempo para dedicárselo a este caos. A intentar poner un poco de orden y a
mejorar; Con la única ambición de mejorar y de hacer que todo vaya hacia adelante y un poquito mejor.
Esto es duro y exigente, y quien no se exija y caiga en el conformismo, cava
los primeros metros de su tumba.
Creo
que nunca olvidaré la sensación de esta mañana. De estar sentado alrededor de
una mesa con amigos pensando en el futuro. Pensando en ilusiones y en
proyectos, en un mañana que está por llegar y que puede llegar. Con trabajo,
tesón y sacrificio, que puede que tarde, pero que llegará. Todo tiene un
tiempo; un principio y un final. Y todo final, bien visto, es un nuevo comienzo.
Por
ello lo importante no es cuando se empieza o cuando se acaba, si no el camino
que hay entre estos dos puntos que acaba por cambiarte la vida. "Un millón de sueños que permiten que sigamos cuerdos".