Hierro indomable
Déjame
contarte como me gustaría que fuera la vida. Con océanos por delante y
atardeceres interminables, corriendo por el horizonte persiguiendo una eterna puesta
de sol. Con el corazón latiendo al compás de la brisa del mar y el naranja bañándome
por completo.
Déjame
contarte como me gustaría que estuvieras a mi lado. Que supieras que voy a
lograr lo imposible, y que no hay mayor convicción en mi pecho que el saber que
estoy tomando el camino correcto porque es el que realmente quiero. Que la
decisiones difíciles que te llevan a un punto de partida que creías que dejabas
atrás, son la certeza de que el camino que uno debe de tomar es el que le marca
lo más profundo de su corazón.
Déjame
contarte que el sol duerme en antorchas de piedra pegado al mar. Que desde
tierra es lo que se ve con la mirada pequeña, pero que mirando más allá lo
único que hay es la inmensidad que separa la costa de la libertad.
De ese
hierro que nunca se dejará martillear, pero que bailará al son de los golpes
hasta encontrar su lugar.