Break out!
Cuando el cielo se te caiga encima de los hombros y te fuerce a poner la rodilla en el suelo. Cuando los vientos soplen tan fuerte que tus pisadas en el suelo sean tan solo el recuerdo fugaz de una noche de verano. Cuando tus lágrimas sean arrancadas por el aguacero que sepulta el silencio de la noche.
Cuando bucees en lo más profundo y recóndito de tu ser, en aquel lugar donde nadie nunca ha entrado y que está encerrado para esas noches frías y oscuras en las que la soledad es la única compañera. Cuando el rendirse comienza a ser la opción que flota en tus pensamientos y la derrota te tiende la mano fingiendo ser la solución acertada.
Cuando estés tirado en el suelo, de rodillas, sin fuerzas en los brazos para poder levantarte, y cuando no puedas ni abrir los ojos de lo magullados que están. Cuando mires hacia arriba y te preguntes porqué, si has hecho todo lo que podías hacer y aún así no ha dado resultado.
Recuerda. Recuerda que si llegaste hasta aquí es porque has ido quemando etapas y enfrentándote siempre a lo desconocido, a lo que venía, y que lo seguirás haciendo con lo que vendrá.
Que no hay piedra que no hayas podido dejar atrás, ni río que no hayas podido atravesar, ni batalla que hayas dejado de librar. Que como en esos juegos de la infancia, siempre ha sido cuestión de tener pelotas para reventar bloques. Que en ti siempre has tenido la respuesta, y que la fe en uno mismo es la magia capaz de cambiar el mundo.