Diez años

Te tiras años buscando algo especial. Decepciones tras decepciones, y decepción una. Te resignas a aceptar que nunca encontrarás nada que te vuelva a hacer latir el corazón. Que más vale ponerse una coraza de piedra para no sufrir, que es mejor morir en vida a tener un solo segundo de sufrimiento.

Un día, una noche, todo cambia. Sigues adelante. Te arriesgas y empiezas a desmontar toda la muralla que una vez levantaste a tu alrededor.

Supongo que uno nunca está preparado para las decisiones importantes, pero es que quizás por eso lo son.

Llevo casi 29 años guiándome por el instinto y por el corazón, por los impulsos que brotan de dentro, por la fuerza de las palabras y la intuición de los sentimientos. Aprendiendo, cayendo, levantándome, viviendo, amando, llorando, y riendo como si lo fueran a prohibir.

3 de diciembre de 2010. Una década, diez años de valor y coraje, de formas de ver el mundo y la vida. De crear de la nada. De sentirlo todo. Toda una década que no puede tener mejor aniversario que este post; el post de uno de los pocos blogs supervivientes de la “Generación de la Gran Resaca”.

Por otros diez años deslizando los dedos sobre las teclas del ordenador, rasgando folios con tinta y bañando el alma en sueños.



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