Por el tiempo


Se hace imposible no mirar hacia atrás en una Nochebuena, en contar quienes se sentaban a la mesa a la hora de cenar y quienes estamos ahora.

Todos tenemos sillas vacías; sillas más grandes o más pequeñas. Huecos que siempre nos acompañarán como el recuerdo perpetuo de que éramos ricos y no lo sabíamos. Como los recuerdos y sueños que se guardan en bolas de cristal para colgar cuando llega el momento del árbol de Navidad.

Porque en eso consiste el tiempo; No son las agujas del reloj girando sin ton ni son, si no lo que vivimos y lo que marcamos, la huella que dejamos. Lo único que podemos regalar a los que más queremos para que, cuando ya no estemos, sonrían mirando al pasado desde el presente, y puedan seguir adelante. 

Y es por eso que el brindis de esta noche no tiene que ser por quienes han dejado los huecos en la mesa, si no por los recuerdos y vivencias que nos legaron. Por esos instantes que nos ayudan a seguir adelante, sabiendo que tarde o temprano, nos volveremos a encontrar. Pero mientras, seguimos adelante. Seguimos luchando. Seguimos viviendo.

Dedicado a todos aquellos que este año han perdido a alguien como consecuencia de la COVID-19



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