Luz
A
veces no recordamos lo malo que es el rencor, la venganza y la inquina. El no
saber mirar adelante; el alimentar odios con el único fin de creerse un intento
de reina de diamantes que no llega ni a vidrio de Ecoembes.
El no superar el pasado anclado en un futuro que pudo ser, pero que se quedó en eso. En el hipotético adverbio del quizás. La vida y el tiempo siempre suelen dar dulces salidas a amargas dificultades, y como decía mi abuela materna: haz el bien y no mires a quién. Porque de gente para hacer el mal, está el mundo lleno.
Así
que dedica tu vida a iluminar allí donde no hay luz, a dar claridad donde solo
hay quien destina todos sus esfuerzos en apostar por la oscuridad.
Somos
los errores que cometemos, los aciertos que consumamos y las experiencias que
protagonizamos. Somos cicatrices, dolor y sonrisas. Somos lágrimas y silencio.
Y si lo creemos, somos los héroes de nuestra propia historia.