Cabras montesas
Que las cabras siempre tiraron al momento es una realidad, y que los cabrones siempre han tenido los cuernos grandes, también es otra.
Cuando una cabra está en la ladera de una montaña o caminando por las paredes de un barranco y quiere saltar a otro lugar, desconozco por completo los cálculos que hará en su cabeza, o tan siquiera si hace cálculo alguno.
Quizás solo salta y ya, que la mueve su intuición, y es que aunque el ser humano fuera definido como un animal racional, no es menos cierto que el mundo animal aun guarda secretos que nosotros mismos desconocemos. Secretos como por ejemplo qué hace una cabra para mantener el equilibrio en una superficie de diez centímetros cuadrados sin despeñarse.
Creo que su clave no es otra que pensar viéndose ya en el otro lado. Que no piensa que cuando salta y esté en el aire, si no llega, se mata. Pienso que solo tiene en su mente el llegar al otro lado sin dejar lugar al miedo o al pánico, que salta sobre el vacío por la fe que tiene en si misma de que va a llegar, y lo hace.
Porque supongo que en parte algunas de las decisiones importantes que se toman en la vida son más de corazón que de cabeza, de terminar siendo esas cabras que siempre tiran al monte.