Lose to win
Ganar
no es llegar a un objetivo, ni batir a tus adversarios, ni tan siquiera tener
una medalla colgando del pecho o unos galones sobre los hombros; ganar es mucho
más que ser el que tiene el pulgar hacia arriba cuando acaba el combate.
Sí, el
camino es el más difícil cuando se camina que cuando se traza sobre el mapa, y
es curioso como lo que puede ser un solo sendero se termina bifurcando en
decenas de miles de múltiples caminos entre los que siempre tienes que acabar escogiendo
por tu propia voluntad.
Por seguir lo que el instinto te pide, un instinto
que llevaba tiempo dormido, quizás agotado, y que por fin comienza a despertar
de su letargo. Que por fin ha empuñado de nuevo la espada que tanto tiempo atrás decidió
empuñar con el objetivo de ser esa estrella que no apague, si no que ayude a
otras a brillar.
Porque
ganar es perder el miedo a darse por vencido sabiendo que es algo que nunca harás;
porque ganar no es llegar a un objetivo, ganar es descubrir que no tienes miedo
a perder. Perderle el miedo a patinar y a caminar por el fondo del océano, es liberarse
de las cadenas que te aprisionan contra lo que eres en realidad.
Y hoy
ha sido un buen día para perder. Para perderle el miedo a lo desconocido.