Medida #99
Y es
como las batallas de antes, en las que recuerdas por un instante todo el
sacrificio realizado. Es como cuando caen las gotas de lluvia sobre el mar y
sobre ti, como cuando las lágrimas de impotencia que derramaste durante años
por las frustraciones, los golpes y las palizas obtienen su recompensa.
Es el
volver a empuñar espadas antiguas; como recuperar a un viejo amigo que está
hecho a tu medida y que te ha acompañado en el fragor de cada batalla, de cada
campaña y de cada cruzada.
Es
volver a pedir el favor de la Gran Dama. El sentir su susurro antes de comenzar
la batalla y el aliento de los que como antes de ti, sacrificaron hasta su
último aliento por un sueño que se escapa de la razón y de la comprensión.
Porque
puedes tomar cien medidas, que te darás cuenta de que la medida noventa y nueve
es la tuya. Porque después de darlo todo, siempre te acabas sorprendiendo al
ser capaz de dar un poco más.