Abnegación
Te reto a que te enfrentes a la prueba más difícil. A que pongas una de tus canciones favoritas a todo trapo en el ordenador o en el equipo de música, que cojas una silla, y te sientes delante del espejo.
Te reto a que te retes. A que luches contra la persona que pone todas las zancadillas más allá de la mala sangre de terceros. A que mires a los ojos a quien te taladra la cabeza por las noches con ideas absurdas que te quitan el sueño y que, finalmente, no terminan por suceder.
Te reto a que seas valiente; a que golpees primero, duro y bien. A que barras como un tsunami la costa conocida sabiendo que el 99% de tu vida, depende de ti. Solo de ti. De las decisiones que tomas y de la fuerza de tus actos. Del ímpetu. De las ganas y de los cojones que le eches, y que si caes, te levantas. Aunque sea hecho un mar de lágrimas, pero sin dejar de luchar.
Así, hasta que con las rodillas llenas de sangre y con las manos rascadas, con la cara llena de moratones y las costillas rotas, llegues a donde querías llegar. Lucha, y sé abnegado, porque como decía un buen libro: la abnegación es la llave que abre a los héroes el templo de la gloria.